sábado, 16 de septiembre de 2017

La fotografía como recuerdo

Cuando empecé este blog pensaba reflexionar de vez en cuando sobre la fotografía. Abstraerme un poco.  Al final lo he hecho poco.  Uso el blog para comentar algunas de mis fotos y mostrar algunos trabajos.  De vez en cuando hablo de fotos que no son mías. Y muy de vez en cuando hablo de técnicas fotográficas.

Hoy voy a retomar esa idea que he usado poco.  Me doy cuenta de que usamos las fotografías para muchas cosas.  Bastantes de mis imágenes aparecen en carteles y su objetivo es publicitar un evento de teatro o danza.  Llamar la atención.  Otras sirven para dar a conocer trabajos.  

Sin embargo cuando empecé mi afición a la foto, con pocos años, en realidad pretendía lo que muchos: Captar recuerdos.   'Fotografía y vivirás dos veces' era un lema de Kodak.  Parece que la fotografía como recuerdo es algo personal, muy distinto de la fotografía artística.  Los profesionales se dedican a fotografiar recuerdos de eventos muy concretos, el famoso BBC: Bodas, Bautizos y Comuniones.

Dos de mis trabajos han querido explotar esa posibilidad, el recuerdo.  Y he querido usar ese 'recuerdo' como ingrediente principal del trabajo.  El arte, si lo había, en el trabajo no era tanto la calidad o originalidad de la imagen como el uso del recuerdo. 

Los dos trabajos a los que hago referencia son :

En blanco y color.  Mi colección de fotografías de alumnas del Conservatorio de Danza de Granada.  Pretendo eso, que se recuerden unas a otras

3 segundos de María.  21 años de fotografías a María.  Una niña con 3 meses en las primeras y una mujer de 21 años en las últimas.  500 fotos de recuerdos.

Es verdad que los recuerdos son personales y entonces las fotografías de esos recuerdos dicen mucho a unas personas y poco o nada a otras.  Es lo que ocurre con la imagen que añado a continuación en este artículo.  La fotografía es de Pepe Sánchez Ponce, a quien no conozco, pero al que agradezco mucho que la tomara, porque al verla se me han despertado muchas emociones.

Esta foto me ha revivido una parte importante de mi niñez y mi adolescencia.  Desde los 10 años hasta los 27 años (sobre todo hasta los 20) no paré de visitar la librería de Pepe Negrete.  La entrada era un pequeño pasillo, el típico de una casa con varias plantas y al final, al lado de la escalera que subía a los pisos superiores de la librería estaba Pepe Negrete, el señor ese de la fotografía, al que yo saludaba y decía 'voy a ver libros'.  Subía y me tiraba todo el tiempo que podía viendo libros.  Bajaba con los que había seleccionado y los comproba para irme corriendo a leerlos.

La librería estaba en la Calle Granada, enfrente de la Iglesia de Santiago, próxima ya a la Plaza de la Merced.  

Reconozco muchos de los libros que se ven en la imagen: El diccionario del argot de Victor León en la colección el libro de bolsillo de Alianza Editorial.  Lo compré allí justo.  Rebelión en la Granja de George Orwell en Destino libro.   Algunas obras de Pablo Neruda en Bruguera, los libros de Letras hispánicas de Cátedra, alguno de Taurus, etc... 

Muchos recuerdos, sí.  Creo que no he aprovechado lo suficiente esa posibilidad de la fotografía.  Sobre todo no la he reivindicado, porque no se trata de una posibilidad anecdótica o de poca calidad frene a lo artístico.  No, el recuerdo es una posibilidad del arte.  Algunos quieren quitar la posibilidad de la informática a las fotografías artística a lo que muchos respondemos que todo vale para el artista.  Pero no solo vale en la técnica, también en los contenidos.   

Así que voy a ver como hago arte con el recuerdo.  Mientras volveré a mirar esta foto de vez en cuando para volver a disfrutar mis horas en la librería de Pepe Negrete.